Sin darnos cuenta, se nos ha pasado mayo. Y sin cruces, patios, farolillos ni feria, que lo más comentado en la calle y en los grupos de Whatsapp. La segunda preocupación: ¿nos dejarán ir a la playa en el julio? Todo folclore, todo egoísmo. Cada cual mira por sus intereses. ¿Se nos ha olvidado el civismo o acaso ha existido alguna vez? Y en las noticias mucho Covid-19, mucha “última hora” de una pandemia mundial (cifras que no cuadran…) y enfrentamientos políticos, luchas de banderas, caceroladas y salseo para que nos distraigamos un poco. Mientras, más precariedad en la vuelta a los puestos de trabajo y protocolos de higiene dudosos impuestos por las empresas (de los de “esto son lentejas”, sin tener en cuenta la casuística de salud de cada una de sus trabajadoras) sin que el Gobierno se pronuncie contundentemente acerca qué medidas son acertadas y cuáles no.
Mientras, los servicios profesionales sanitarios, tanto públicos como privados, se intentan rearmar en todos los sentidos (ánimo, fuerzas, materiales, medicamentos, medidas de higiene, protocolos para “la nueva normalidad”…) para seguir ocupándose del Covid-19 como si no hubiera un mañana e intentando ver cómo abordar telefónicamente la que se les viene encima por todo lo NO ATENDIDO durante este tiempo, que ahora se ha agravado y… Puede que no haya marcha atrás para muchas pacientes.
En todo este tiempo, de toda esta amalgama es de lo que se ha estado hablando, pero nadie ha reparado en las enfermas crónicas ni las de Salud Mental, colectivos vulnerables para el Covid-19 que no han contado con ningún apoyo o seguimiento en la mayor parte de los casos. Sí, hay decenas de miles de muertos por Covid-19 (aunque los datos puedan contener cierto margen de error) en España, pero hay MILLONES de enfermas crónicas y de Salud Mental. Concretamente, según las cifras del INE y la Encuesta Nacional de Salud, más de 8 millones de ciudadanos y ciudadanas padecen dolor crónico sobre una población de 47.100.396 habitantes. A estos hay que sumar los 3 millones que sufren neuropatía, según los datos aportados por la Sociedad Española de Neurología y más de 5 millones y medio de mujeres y casi 3 millones de hombres que padecen problemas de Salud Mental en España. De hecho, un 9% de la población española, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Dónde están todas estas pacientes? En su casa sufriendo, junto a sus familias, en muchos casos sin recursos suficientes. ¿Se ha hablado sobre ello en los medios de comunicación? Sí, una vez, solo una, en El Salto, en un reportaje escrito por una enferma crónica y de Salud Mental periodista, a pesar de que eso ha supuesto un agravamiento de su estado general: yo. ¿Cómo no iba a darnos voz? Me parecía un DEBER innegable. TENÍA QUE HACERLO POR TODAS, pese a las consecuencias en mi cuerpo. Y lo hice. Y de nuevo El Salto vuelve a ser el único medio que habló de las pacientes de Salud Mental.
Y más tarde puse en marcha, junto a otras dos compañeras, la iniciativa de #MareaInvisible / #NecesitamosTratamientoYa, para recoger firmas y que nuestra voz cuente, que la sociedad sepa que existimos y sufrimos y no recibimos suficiente ayuda. Ésta se recoge y explica en la web: https://marea-invisible.wixsite.com/firma.
Y hoy vuelvo a escribir este artículo (aunque apenas me quede un soplo de fuerza y tenga dolor y ataques por una enfermedad psiquiátrica en los que llego a perder la capacidad de ver y hablar y luego me cueste estar acostada el resto del día) porque no comprendo cómo no se ha mencionado ni una sola vez en los medios nacionales generalistas todos los días mundiales de ciertas enfermedades raras que se han sucedido en mayo (¡no lo puedo soportar!), teniendo en cuenta que ese día es el único en el cual esas pacientes existen y SON VISTAS por el conjunto de la sociedad. Este año no.
En 2020 solo ha existido el Covid-19. El resto no: AL RESTO SE NOS HA BORRADO. Sí, hemos protestado en redes sociales, tanto pacientes como asociaciones representativas de estas enfermedades pero… ¿Qué impacto ha tenido? ¿Ha trascendido más allá de nuestro entorno más próximo? No. No buscamos culpables ni cortar cabezas: solo exigimos voz, visibilidad, existir y un trato médico digno y accesible a través de la Sanidad Pública. No creo que sea mucho pedir. De hecho, lo contrario es anticonstitucional: SE NOS DISCRIMINA.
Así que paso a nombrar las patologías de todas esas pacientes que no han existido para la sociedad en este mayo de 2020, aunque ser considerada por tu patología sea reducirte a eso que te impide vivir y ser tú misma pero… Ya no sé qué más hacer, lo siento, compañeras. Al menos para mí y para ti, lectora, existirán ahora, aunque tu mente lo olvide minutos después: 3 de mayo – Día Mundial del Asma; 5 de Mayo se celebra el Día Mundial del Síndrome 5P; 10 de mayo – Día Mundial del Lupus; 12 de mayo – Día Mundial de la Fibromialgia y del Síndrome de la Fatiga Crónica; 15 de mayo – Día Internacional de la Esclerosis Tuberosa; 16 de mayo – Día Mundial del Angioedema Hereditario; 17 de mayo – Día Mundial de la Hipertensión; 19 de mayo – Día Mundial de la Hepatitis; 20 de mayo – Día Internacional de la Enfermedad de Behçet; 22 de mayo – Día Internacional del Síndrome 22q11; 24 de mayo – Día Nacional de la Epilepsia; 25 de mayo – Día Mundial de la Esclerosis Múltiple; 27 de mayo – Día Nacional del Celiaco; 28 de mayo – Día Internacional del Síndrome de Treacher Collins, 30 de mayo – Día Mundial de la Esclerosis Múltiple y del Síndrome Prader Willi (Por favor, perdonad si me he dejado atrás alguna o algún dato es erróneo: no existe ningún calendario oficial (ni en FEDER) aunque debería y he ido recopilando datos de páginas de aquí y allá y de Twitter).
Cambio y corto. No puedo más. Este artículo me duele. Me doléis todas y cada una de vosotras. He comenzado a llorar. No puedo permanecer más tiempo frente al ordenador. Mi dolor se ha apoderado de mí. La ansiedad también. No voy a tener una pensión como para sostenerme sin apoyo económico de… como tantas de vosotras. Ya no puedo más. He hecho lo que he podido, compañeras. Os quiero y os pienso todos los días.
Yo, enferma con dolor crónico y paciente de Salud Mental, #YoSiPintoUnaMierda. Gracias por acoger mi reivindicación al movimiento @yosipintounamierda en Instagram.