Si algo tuve claro cuando Manu y yo nos decidimos a poner en marcha en serio la maquinaria de La Toffee Produce es que Rocío Madrid debía ser nuestra primera apuesta. Ella era mi primera apuesta. La conocí en Swinton and Grant allá por 2017 en una de las exposiciones de “We don’t care anymore”. De repente, una flor y su “Tía, cuídate”. No hacía falta decir nada más. Eso era. Lo fotografié de inmediato y lo envié a una de mis mejores amigas (que, como yo, se enamoró al instante de la artista) y memoricé en el acto su nombre. Supe que quería ver todo todo TODO lo que Rocío Madrid hiciera.
Eso me llevó a su exposición HERMANAS en solitario en El Imparcial dentro del Hybrid. Ahí fue cuando la llama de la devoción por la obra de Rocío Madrid también prendió en el corazoncito de Manu y de ahí… A un asalto en Libros Mutantes: queríamos publicar su obra HERMANAS. Queríamos tener “un Rocío Madrid” en casa y estábamos convencidas de que muchas también lo querrían. Es más, es que debería haber “muchos Rocío Madrid” habitando nuestros hogares y llamando a lo pequeño y esencial: la luz y la fe en las amigas, nuestra verdadera familia.
Es más, la propia Rocío Madrid es una celebración de todo eso. No se reconoce en el término “artista”, huye de las etiquetas y clama que la tierra que no canta y no baila está muerta. Por eso para nosotras, que creemos en la vida como una verbena, ella era La Primera.
Et voilà… Meses después la publicación HERMANAS | Rocío Madrid ha visto la luz gracias a La Toffee Produce y no podemos estar más contentas con el resultado. Pero queríamos ahondar un poco más en las raíces del proyecto, en los recovecos. De ahí esta entrevista:
Ana Castro: ¿Cómo surge HERMANAS? ¿Cuál es el germen del proyecto? ¿Qué te proponías con él?
Rocío Madrid: Tengo en mente una noche que se metió frío y una amiga aquí en Madrid me dio su chaqueta para que volviese a casa. Es lo primero que me viene a la cabeza. Más allá, venir de un entorno familiar muy unido y muy protegido y encontrar cariño y acogida en personas que se encuentran en una situación similar a la mía. Todo esto me hace recobrar fe en la humanidad y creo que es porque desde pequeña siempre he tenido en mente el fin del mundo, la desconfianza y la agresividad… Me di cuenta de que la situación no era para tanto, ni siquiera en la gran city de Madrid y me siento entre algodones ahora y quiero dar las gracias al universo.
AC: ¿Por qué optaste por el registro coloquial, esas frases tan sencillas, y decidiste que los vinilos eran la mejor manera de transmitirlo en tu exposición en solitario en El Imparcial?
RM: Creo que para esto me inspiró la poesía sufí y el haiku. El sufismo conseguía llegar a la gente porque utilizaba un lenguaje coloquial, poético y alegre pero con un contenido filosófico y espiritual muy profundo; el haiku también consigue condensar lo infinito de la naturaleza y el cosmos en la mínima expresión escrita. Solo depende de la sensibilidad de uno con el medio para captarlo. Los vinilos son una manera limpia de realizar una intervención. No me gusta manchar nada, por eso lo veo como la alternativa perfecta, y luego pues juega bien con la estética. Son muy resultones
AC: ¿Tienen algún significado concreto los símbolos que acompañan los mensajes?
RM: Pues son los webdings, tipografías que vienen por defecto en mac. Los utilicé porque son símbolos de la naturaleza que siempre se han utilizado para transmitir un mensaje espiritual y que tienen gran carga mística, manos, ojos… Estos estarán hechos con illustrator pero el mensaje es el mismo y se entiende de manera global.
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AC: De todos los mensajes, ¿cuál es el más importante para ti?
RM: Tú tienes luz. Cuando las cosas mejoran siempre digo ya tenemos luz. Somos seres de luz, pero hemos perdido la capacidad de verlo
AC: ¿Cuándo una amiga pasa de ser eso a ser una HERMANA? ¿Dónde quedan entonces los vínculos de sangre?
RM: Nunca me he planteado eso. Va más allá de establecer una relación fraterna: va de venerar el vínculo y la belleza de la relación con las mujeres y amigos homosexuales. No tengo hermanas de sangre, cosa que siempre he deseado. De pequeña hice una redacción sobre eso y un compi me estuvo imitando un curso entero…
AC: Todo el discurso de este proyecto es una vía más de la defensa de la sororidad en la que hace tanta insistencia hoy el feminismo: que creemos comunidad y nos sostengamos las unas a las otras. ¿Está presente de manera consciente ese mensaje en el proyecto?
RM: No me considero militante de nada ni siquiera me veo identificada en el movimiento feminista. Yo solo quiero comunicarme de manera simple y honesta. Creo que la mejor manera de oponerse ante el sistema es la búsqueda de la espiritualidad y el dejar de consumir a saco. Con ello también me refiero a dejar de consumir información, centrarse en desarrollar un criterio propio, siempre desde el equilibrio y considerando la situación en la que estamos. Por ejemplo, no puedo pretender llevar una vida ecológica viviendo en Delicias; la alternativa sería volverme a Marruecos. En cambio, trato de consumir lo básico, sin tener por ello que renunciar a nada, buscando el equilibrio entre lo que me beneficia a mi y al entorno. No sé, creo que todo está en los pequeños gestos, y la mente se tranquiliza cuando hace este tipo de actos.
AC: Ensalzas la fe de lo cotidiano (de la que yo también soy devota) y de los pequeños momentos. De hecho, son los pequeños momentos e instantes los que vas recogiendo en las stories de Instagram.
RM: Creo que recrearse en lo nimio también es una alternativa de revelarse ante un sistema que nos vende el empacho a todos los niveles. Después de mis búsquedas, idas y venidas es algo que ya ni me planteo. Hay que hacer este tipo de ejercicios de observación. Nos lo deberían de enseñar desde pequeños para así sensibilizarnos… Y está bien compartirlos en Instagram. No hay que rechazar los medios de comunicación. Si el mensaje intenta hacer un bien, hay que utilizar las herramientas que tengamos a nuestra disposición. Veo la vida de una manera simple y bonita y esta visión me ha ayudado a liberarme y a querer mucho. Por eso decido compartirla, así de sencillo.
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